El decorador de eventos crea conjugando el uso del color, las texturas, la luz, el mobiliario y los estilos sobre el cual se trabaja la propuesta de diseño, siguiendo siempre las nuevas tendencias en esta materia.
Esta temporada está marcada por el blanco y el negro cortado con algún color fuerte.
La ambientación de los eventos sigue con una tendencia de estilo minimalista. Se destaca la preferencia de sólo el blanco y el toque de color en centros de mesas, arreglos y otros elementos de decoración.
Todo debe estar personalizado. Pensar en los gustos de los públicos del evento que ya no sólo es quien lo organiza sino que principalmente son los invitados ya que existe una búsqueda del disfrute genuino y de otorgarle al otro un momento que recuerde.
La fiesta es un reconocimiento social. La ostentación ya no está puesta en el anfitrión, sino en el invitado.
El decorador debe entender el “como” a la hora de generar climas y sensaciones dentro del espacio destinado al festejo, diseñando una ambientación funcionalmente atractiva y recordable como parte del disfrute de la celebración.
Hoy se busca materiales innovadores, escenografías vanguardistas y nuevas tecnologías que apoyen el impacto visual.
El estilo elegido para la ambientación roza no sólo la escenografía y la iluminación sino también el catering, involucrando también la porcelana, cristalería y el diseño del menú.
Más que nunca se destaca la importancia de la Iluminación como esencia del diseño: la intervención en el espacio, su manejo, efectos escenográficos, sensaciones, saber iluminar los materiales elegidos generando atmósferas precisas.
El ingenio y la creatividad juegan papeles preponderantes a la hora de decorar un evento, actualmente se prioriza la expresión del espacio, siendo fundamental el aprovechamiento de los atributos del mismo para su destaque.