Conjuntamente con la alegría que conlleva el compromiso, comienza para los novios una intensa labor de organización y planificación, no solo del evento tan soñado a realizar, sino también la elección del ajuar y los regalos colectivos para la vida en pareja que emprenden.
En la antiguedad «el ajuar» lo armaba la mujer desde antes de casarse, el cual incluía todo bordado por la novia.
Hoy, esa tradición se ha perdido. El ajuar para la nueva casa se compone principalmente de sábanas, fundas de almohadas, cojines, cubrecamas, juegos de baño y manteles con sus respectivas servilletas y los artículos se compran antes de la boda ya programada y se impone la modalidad de los REGALOS COLECTIVOS.
Los Regalos Colectivos es la forma de obsequio elegida hoy por los novios.
Mediante una lista, ellos mismos seleccionan los artículos necesarios para el nuevo hogar, y los amigos y familiares de los novios, tienen la posibilidad de depositar dinero en una cuenta a su nombre que luego será retirada en efectivo o en productos por el valor depositado.
Es una metodología segura de regalar lo que realmente precisan para la nueva vida, porque en definitiva son los recién casados los que eligen sus regalos, y solo ellos saben con certeza, los elementos que les son necesarios.
Muchos piensan que es un regalo impersonal, pero es práctico y los novios pueden decidir libremente lo que quieren comprar.
Elegir un obsequio siempre es difícil ya que cada invitado quiere regalar algo «único», por eso la solución es la lista de regalos, que les facilita obsequiar un regalo previamente escogido por los novios.
Para armar la lista seleccionen por rubro y pensando en cada habitación de la casa con precios variados para todas las posibilidades económicas de los invitados.
En Uruguay hay varios lugares con esta modalidad que poseen infinidad de variedades a la hora de elegir. También puedes abrir colectivos en más de una casa a la vez u optar por una cuenta de banco.
Los regalos se envían antes de la boda por eso recomendamos abrir la lista de regalos por lo menos dos meses antes de la fecha de la boda, antes de enviar las invitaciones.