Cuando nos disponemos a organizar nuestra Fiesta y diseñar el banquete a ofrecer a nuestros invitados, debemos tener en cuenta varios aspectos que son fundamentales: número de invitados, tipo de evento, gustos o costumbres, productos regionales que podemos utilizar y presupuesto.
Las empresas especializadas en banquetes suelen ofrecer un precio fijo por invitado que variará según lo escogido y el servicio que debe acompañar.
Los cócteles son un recurso muy utilizado para eventos empresariales como presentaciones de productos o libros, y eventos sociales de corta duración como un recibimiento o la celebración de una boda íntima y elegante.
Un cóctel es un acto «de pie» en el que todos los invitados «circulan» libremente por las instalaciones, en esta época del año, por lo general se desarrollan en locales con espacios abiertos al aire libre.
La comida debe ser presentada en pequeñas porciones (canapés) que se puedan tomar de un solo bocado, evitando disponer comidas «engorrosas» para comer de pie.
La duración de un acto de este tipo no debería sobrepasar las dos hora, aunque dependiendo de la magnitud del mismo y del número de invitados, podría alargarse un poco más. El horario más utilizado es el de media tarde entre las 19 y 21 horas.
Debemos elegir cuidadosamente los productos básicos a servir, para evitar comidas demasiado ligeras o demasiado pesadas. Las comidas deben ser equilibradas.
El lunch es una comida ligera que se ofrece a los invitados en una celebración familiar o un evento alegre, de gran aceptación como ser en los casamientos.
Este, puede estar dispuesto en mesas y bandejas previamente preparadas, y servirse los comensales a su antojo, o puede contar con el servicio de mozos, que irán «circulando» por la sala ofreciendo la comida y la bebida en bandejas.
El lunch puede ser de aperitivos fríos como saladitos y bocaditos y aperitivos calientes como empanaditas, broche y pequeños sándwiches.
En ocasiones el Lunch es un aperitivo de introducción para un plato principal que se servirá después.
El «buffet» puede ser frío, caliente o mixto. Es una comida con autoservicio «self-service». El propio comensal es quien debe servirse. A diferencia de otro tipo de comidas como el lunch o el cóctel que se toman de pie, el «buffet» se toma sentado.
El buffet en una fiesta ofrece varias opciones de comida. Los invitados pueden escoger entre un amplio surtido de platos lo que van a comer, de una o varias mesas preparadas para ello.
De igual manera, los alimentos presentados en un buffet deben ser sencillos de servir y de comer. Como característica principal, podemos indicar que aquí se permite servir varios alimentos en un mismo plato, aunque es mejor utilizar un plato para cada receta. A la hora de servirse, utilice los cubiertos que hay en las fuentes, y no utilice sus propios cubiertos.
Esta opción es muy bien aceptada si los invitados son en su mayoría jóvenes. Tener una gran variedad de platos para ofrecer nos asegura que todos se irán contentos, si no les gustó uno en especial, tendrán la posibilidad de probar otro.
Si se opta por un Menú Tradicional o sea un banquete en el que tanto invitados como anfitriones cenan sentados mientras un servicio especializado sirve la comida, eta modalidad permite controlar con más facilidad el tiempo y los ritmos de la fiesta, ya que vendrán marcados por la velocidad de salida de los platos de la cocina.
Los invitados sólo tienen que preocuparse de disfrutar y, aunque parezca lo contrario, su costo es similar al del buffet.
Una vez elegido el menú, habrá que elaborar el orden de servicio de los platos.
Como reglas básicas debemos tener en cuenta: los platos y sabores más suaves se sirven al principio y los platos de más sabor o más fuertes se sirven después. Por eso, al crear el menú debemos considerar que los caldos y pescados van antes que las carnes.
La misma regla se debe seguir con los vinos, se deben servir primero los más jóvenes y luego los de más cuerpo.
Luego sigue la mesa dulce, que incluye la torta y el brindis. Finalmente, se sirve café con las masitas.
Debemos considerar que la mayoría de nosotros nos guiamos por la abundancia de los platos cuando tenemos que dar un veredicto sobre la comida.
Nuestros invitados estarán conformes si les ofrecemos platos fuera de lo normal, originales y sofisticados, pero no querrán quedarse con hambre. Por eso, la conjunción perfecta ha de ser el buen gusto y la abundancia.