El brunch se ha convertido en una alternativa cómoda y original para compartir con amigos y familiares en una celebración con un toque de distinción.
Es una práctica que permite adaptar los hábitos alimenticios diarios a los horarios más flexibles resultando una solución útil para ofrecer sin complicarnos con un menú muy elaborado.
El brunch consiste en una comida realizada por la mañana entre el desayuno y el almuerzo.
Por su contenido se suele definir como una combinación entre desayuno (breakfast) y almuerzo (lunch) que se sirve por regla general en un periodo de tiempo que va desde las 11 a las 15 horas.
Se puede emplear la palabra Brunch para definir una comida a últimas horas de la mañana o a comienzos de la tarde.
Lo que más gusta es la mezcla de platos dulces y salados en la misma mesa, basándose en una presentación que entra por la vista de la mano de la sensación de ser un momento para tomárselo con calma y disfrutar.
Algunos restaurantes y hoteles sirven un brunch, en especial los domingos y días festivos durante las horas que van desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Estos brunch consisten en un buffet expuesto como auto-servicio, generalmente.
El Brunch es adaptable a cualquier tipo de celebración.
El elemento fundamental para su presentación se basa en varios tipos de pan tanto blanco como integral, así como tostadas, galletas y bizcochos, acompañados de varios gustos de mermeladas, patés y quesos.
Como bebida fundamental los jugos de frutas, agua, cafés, tés y dependiendo de la hora también se incorporan refresco, cerveza, vinos y cocteles.
Embutido y queso: rollitos de jamón o pollo rellenos acompañados con ensalada rusa. Es obligada una tabla de quesos con una variedad adecuada (azules, suaves y lácteos).
También se puede servir tortas y tartas como ser pascualina, jamón y queso, napolitana y mixtas, si son de tamaño pequeño mejor, así los invitados podrán probar varios tipos.